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Todas las fuerzas

Utilizan todas sus fuerzas y aun cuando lo logran, insisten en buscar otros caminos y están alertas a toda señal que les ayude a lograr su objetivo.

Es como aquel hombre que pretendía mover una gran roca. Se había pasado todo el día y todos sus esfuerzos eran vanos. Utilizó una palanca. Trató de moverla con sogas; sudoroso, después de muchas horas, vio a un hombre que a unos cuantos pasos de él sonreía sarcásticamente, lo cual le molestó profundamente t le reclamó:
– ¿De qué te burlas, desgraciado?
El otro, manteniendo su burlona mueca, contestó:
– Es que no utilizas todas las fuerzas.
– ¿Acaso no te das cuenta que llevo horas? Lo he intentado todo: palancas, cuerdas, en fin. Tengo horas y no he podido moverla un centímetro.
– Pues, entonces – le replicó – utiliza de verdad todas tus fuerzas.
Sorprendido el agotado hombre le cuestionó:
– No entiendo a qué te refieras con todas las fuerzas. Ya no poseo más, estoy agotado.
El otro hombre sonrió aún más y le indicó:
– Pídeme ayuda, yo también puedo ser parte de tu fuerza – y agregó para que comprendiera aún más – ¡Pendejo!