“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Testimonios

SAN MARCOS EVANGELISTA

27 de enero de 2020

Abril 25

En los libros del Nuevo Testamento se recuerda a Marcos diez veces, con el nombre hebreo de Juan, con el nombre romano de Marcos o con el doble nombre de Juan Marcos. Según algunos exegetas habría que distinguir a dos o incluso tres Marcos. Nosotros aceptamos aquí la opinión más común de un solo Juan Marcos, hijo de aquella María en cuya casa se reunían los primeros cristianos de Jerusalén y a donde fue a refugiarse san Pedro después de su prodigiosa liberación de la cárcel.

Marcos, hebreo de origen, nació probablemente fuera de Palestina, y era de familia rica. san Pedro, que lo llama “hijo mío”, lo tuvo ciertamente consigo en sus viajes misioneros en Oriente y en Roma, en donde escribió el Evangelio. La antigüedad cristiana, comenzando con Papías (muerto en el 130), llamó a Marcos “intérprete de Pedro”: “Marcos, un intérprete de Pedro, escribió exactamente todo lo que recordaba. Pero escribió, sin seguir un orden, lo que dijo e hizo el Señor. Es decir, Marcos no oyó al Señor, ni lo acompañó; pero después oyó a Pedro, que exponía sus enseñanzas según las necesidades…”.

Además de la familiaridad con San Pedro, el evangelista Marcos gozó de una larga comunidad de vida con el apóstol Pablo, a quien encontró por primera vez en el año 44, cuando Pablo y Bernabé llevaron a Jerusalén la generosa oferta de la comunidad de Antioquía. Al regreso, Bernabé llevó consigo a su joven sobrino Marcos. Después de la evangelización de Chipre, cuando Pablo proyectó un viaje más difícil y arriesgado al corazón de Asia Menor, entre las desconfiadas y belicosas gentes semibárbaras del Tauro, Marcos “se separó de Pablo y de Bernabé y regresó a Jerusalén” como lo narra el libro de los Hechos de los Apóstoles. Más tarde Marcos se encontró de nuevo al lado de san Pablo, pero esta vez en la prisión de Roma.
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En el año 66 san Pablo ofrece la última información acerca de Marcos, cuando escribía desde la cárcel romana a Timoteo: “Trae contigo a Marcos. Puedo necesitar de sus servicios”. Los datos cronológicos de la vida de San Marcos no son muy seguros. Probablemente murió en el año 140 del imperio de Nerón (68 a.D.), de muerte natural, según una relación, y según otra, como mártir, en Alejandría de Egipto. Los Hechos de San Marcos, un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello. Después lo llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo martirio hasta que falleció. Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero los fieles lograron sacarlo y evitar su destrucción.

Fuente/Autor: Catholic.net

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