“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

GOETHE
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Testimonios

SAN DANIEL COMBONI

27 de enero de 2020

10 de Octubre

Misionero, Padre, Profeta

Daniel Comboni nace en Limone Sul Garda (Italia) en 1831. Muere en Jartum, Sudán el 10 de Octubre de 1881. Fue beatificado en Roma el 17 de Marzo de 1996.

15-03-1831: Daniel Comboni nace en Limone Sul Garda (Italia).

31-12-1854: Es ordenado sacerdote.

10-09-1857: Zarpa de Trieste con la expedición mazziana hacia el Africa Central.

15-09-1864: Mientras reza ante la tumba de San Pedro en Roma concibe su “Plan para la Regeneración de Africa”.

01-06-1867: Funda en Verona el Instituto para las Misiones de Africa como parte de la Sociedad del Buen Pastor, una asociación misionera internacional.

24-06-1870: Prepara un documento para presentar a los Padres conciliares: Postulatum pro Nigris Africae Centralis. Lo acompaña con una carta circular firmada por muchos obispos y aprobada (18 de julio) por el mismo Pío IX.

12-08-1877: Es consagrado obispo para el Vicariato del Africa Central.

10-10-1881: Muere a las 10 de la noche en Jartum, rodeado de sus misioneros. En 1885 la tumba de Comboni será profanada por los mahdistas.

17-03-1996: Es beatificado en la Basílica de San Pedro de Roma.

05-10-2003: Es canonizado en Roma.

Tres palabras podrían dibujarnos su vida,
más bien breve: misionero, padre, profeta.

1- Misionero: En la vida de Daniel Comboni hay una idea globalizante que le roba mente y corazón, que da sentido a todo su ser y quehacer: la misión, y, más concretamente, la evangelización de África Central, un sueño que rayaba por aquel entonces en la utopía. A tal proyecto y vocación dedicará todas sus energías hasta el ultimo aliento, exhalado precisamente en el mismo corazón del África profunda.

2- Padre: Como misionero, Daniel Comboni se siente sobre todo hermano; de los africanos, en primer lugar, a quienes ve como pertenecientes a su misma familia, hijos de un mismo Padre; y de los europeos, a quienes corresponsabiliza fraternalmente en la evangelización de los mismos africanos.

Sin embargo, la misión lo hará también, y sobre todo, padre: de las primeras comunidades cristianas, Iglesias, de África Central, y de dos Institutos exclusivamente misioneros fundados en la ciudad italiana de Verona. A distancia de una ya larga centuria, su figura carismática sigue suscitando fervor entre los jóvenes y engendrando nuevas familias al servicio de la Iglesia misionera: Seculares y Laicos Misioneros Combonianos.

3- Profeta: El profetismo en Daniel Comboni toma rasgos diferenciados y complementarios a un mismo tiempo. Entre ellos cabe destacar tres altamente significativos:

Testigo: Ante todo, del amor misericordioso del Padre, que en Cristo salva a todos los pueblos, también a los africanos. Testigo con la palabra (lo gritó a todas las clases sociales y eclesiales de la Europa de su tiempo), y con las obras (trabajó y murió con África en los labios y en el corazón).

Precursor: Daniel Comboni no sólo fue en el tiempo uno de los pioneros de la misión en África Central, sino también un precursor, un adelantado a su propia época. Su “Plan para la Regeneración de África”, el “Mensaje a los padres del Concilio Vaticano I en favor de los africanos”, la incorporación de los laicos y de la mujer consagrada a la misión directa, la confianza total en los africanos (su “salvar África por medio de África”), su visión eclesial e internacional de la tarea misionera, la idea globalizante de la misión (evangelización, animación misionera, formación de futuros misioneros)… son elementos típicamente Combonianos y misioneros de gran actualidad.

Mártir: Sin duda es el aspecto más profundo del profetismo de Comboni. Mártir en su cuerpo y en su espíritu. Aunque no dio físicamente su sangre, su vida está místicamente estigmatizada por la cruz y caída cual grano de trigo en el surco de su tierra africana. Martirio que lo hace profundamente contemplativo y maestro de espiritualidad misionera.

Su beatificación el día 17 de Marzo de 1996, en la Basílica de San Pedro de Roma, es el reconocimiento y la confirmación eclesial de una vida según el proyecto del Padre. Y de este modo el carisma Comboniano se hace propuesta a la Iglesia, al mundo de hoy. Es el nuevo desafío de Daniel Comboni a todos sus hijos e hijas, a todos aquellos que de algún modo se sienten llamados a ser “familia comboniana”, amigos de la misión “ad gentes” en la Iglesia de Cristo.

Fuente/Autor: www.combonianos.com

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