Estaba un día Diógenes sentado en la esquina de una calle riendo como un loco.
– “¿De qué te ríes?”, preguntó un transeunte.
– “De lo necio que es el comportamiento humano”, respondió.
– “¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle? Desde que llegué aquí esta mañana diez personas han tropezado con ella y la han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla .