“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Editorial

Reflexiones para Semana Santa

27 de enero de 2020

La Semana Santa debe ser un tiempo de reflexión, de leer la Palabra de Dios y encontrar el mensaje para nuestra vida. Esta reflexión intenta ayudarnos con esa tarea.

La Resurrección

1. LECTURA del texto bíblico ¿Qué dice el texto? Mt 28,1-10

“Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran temblor, pues el Ángel del Señor bajó del Cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: “No teman. Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde lo habían puesto. Y ahora vayan enseguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de ustedes a Galilea; allá lo verán”. Eso es todo”. Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y las saludó. Y ellas, acercándose, le abrazaron los pies y le adoraron. Entonces les dijo Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, allá me verán”.

+ El texto dice que unas mujeres fueron al sepulcro al amanecer
+ Un Ángel se les apareció y las mandó a avisarles a los discípulos que Jesús había resucitado.
+ Por último, que Jesús sale a su encuentro y las saluda. Les da el mismo mandato que el Ángel.

2. EXPLICACIÓN del texto bíblico ¿Qué les dijo a sus primeros destinatarios? Mensaje

San Mateo centra el relato de la Resurrección en el hallazgo de la tumba vacía y en el encuentro de Jesús resucitado con las mujeres. Esto desmiente el rumor de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Es por ello un signo real de tal acontecimiento .

Colocar a las mujeres en la primera escena del hecho es un gesto inaudito, propio de san Mateo. Sólo él introduce de manera específica el papel de la mujer en la historia de la salvación, lo cual le hace ser uno de los evangelistas más fieles a los hechos revelados por Jesús (ver genealogía).

El hecho mismo narrado en el Evangelio pretende dar fortaleza y alegría a un pueblo sumido en tristezas y llantos. El Ángel es la presencia misma de Dios, es quien trae buenas noticias a la tierra. El miedo y el temor se apoderan de las mujeres pero el encuentro con el Ángel les anima y el encuentro con Jesús les fortalece.

3. APLICACIÓN del texto bíblico ¿Qué nos dice a nosotros hoy? Mensaje

En esta mañana de Resurrección, el Señor nos dice a los jóvenes: “No tengan miedo” (Mt 28, 5). Como a las mujeres en el sepulcro, en la voz del Ángel, nos repite: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” (Lc 24, 5-6). Como a los discípulos en la barca nos anima: “Soy yo” (Mt 14,26-27). Pero también nos reprende como a los discípulos de Emaús: ¿qué duros y necios de corazón son para creer? (Lc 24, 25). En este Día, pues, nos alientan los signos de la victoria de Cristo resucitado, mientras que suplicamos la gracia de la conversión y mantenemos viva la esperanza que no defrauda [1]. Hoy tenemos que ser mensajeros de esta buena noticia.

La resurrección de Cristo significa para nosotros que Dios Padre aprueba el camino de Jesús, su opción por el servicio, la justicia y la paz, que Dios siempre escucha el clamor del pobre y del crucificado en esta vida. Con su resurrección Jesús nos libera del pecado y de la muerte y nos abre el camino hacia el reino de la vida.

Los católicos “confesamos que la resurrección da nuevo sentido a la vida del hombre y con ello le anima a dar razón de su esperanza, de alcanzar la vida plena, constituyéndolo en testigo que hace viva su presencia salvífica. Creemos que Jesucristo con su muerte y resurrección rescata al hombre del pecado y de la muerte y lo reconcilia con Dios; le abre a las relaciones positivas consigo mismo, con los demás hombres y con la naturaleza, y lo hace partícipe de la vida eterna”. [2]

Reconocemos que también hay lugares de encuentro con el resucitado hoy y estos son: la Eucaristía, la Palabra, los sacramentos, la comunidad y los pobres [3]. Un signo eficaz de su presencia resucitada es la comunión y el amor fraterno y solidario que nos da por medio de su Espíritu. Aunque el fruto por excelencia de la muerte y Resurrección de Jesús y de la presencia impetuosa del Espíritu es la Iglesia [4].

4. PROFUNDIZACIÓN DEL TEXTO ¿qué cosas más podemos saber del texto?

La Resurrección es un acto único de amor del Padre donde la vida es ahora una acción permanente que ya no tendrá fin, no es un volver a vivir como Lázaro (Jn 12,1) o la hija de Jairo (Mt 9, 25), es más bien una transformación del cuerpo mortal de Jesús en un cuerpo espiritual (glorioso), principio de una vida plenamente nueva y que no excluye la que vivimos ahora. La resurrección es regida por el principio fundamental del espíritu no limitado a la materialidad. [5]

La resurrección conlleva caminos de vida verdadera y plena para todos, caminos de vida eterna, caminos abiertos por la fe que conducen a la plenitud de vida que Cristo nos ha traído: con esta vida divina se desarrolla también en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural [6].

¿Cuáles son esos caminos o actitudes nuevas que el acontecimiento salvífico exige? La vida nueva, como un cambio de actitudes, de pensamientos y decisiones basadas ahora en la ley del Espíritu, la ley del amor y la justicia (Col 3,5-25), además también requiere el servicio, la libertad, la verdad, la solidaridad, la alegría, el respeto, la fidelidad y la honestidad. Creer en la resurrección de Jesús es aceptarlo como criterio y fuente de nuestra vida, tener conciencia de que su Espíritu está con nosotros y actuar en consecuencia.

Fuente/Autor: Por: P. Crispin Hernández Mateos | Fuente: Alforjas de Pastoral

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