“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

GOETHE
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Scalabrini

REFLEXIONES DE JUAN BAUTISTA SCALABRINI

27 de enero de 2020

La Providencia dirige los hilos de esta cadena

Es ley de la filosofía de la historia que los grandes acontecimientos de la humanidad, así como tienen razón de efecto en relación con otros acontecimientos que le preceden, tienen razón de causa en relación con los acontecimientos que le siguen.

Por consiguiente, constituyen aquella cadena de causas y efectos que representan el principio de causalidad en el orden histórico. La Providencia ha tramado y dirige los hilos de esta cadena para los fines queridos por ella.

De ello se deduce que pretender destruir los grandes hechos contemporáneos, que no son más que consecuencia de los precedentes, y quererlos destruir tanto “con el dulce hacer nada”, como con una sistemática oposición a priori, es por los menos bastante poco racional. Si Napoleón I hubiese querido hacer volver a Francia a la época de Luis XVI o de Clodoveo, ciertamente no habría sido ni Cónsul ni Emperador.

Si por el contrario no desconociendo lo que los tiempos han obrado, se distingue entre el bien y el mal, y se procura conducir de nuevo a la humanidad a las leyes de la moral y de la justicia, con aquellos argumentos que ya en otra oportunidad convirtieron al mundo, entonces se podrá esperar que los acontecimientos, entrados en el dominio de la historia, sean purificados de la escoria que los envuelve y dirigidos al verdadero beneficio del género humano.

Intransigentes y transigentes – Bolonia 1885

«El secreto de la paciencia de la cruz»

Al ver crecer exuberante la cizaña en el campo del gran padre de familia nosotros temblamos más que los apóstoles en el lago de Galilea al levantarse la tempestad, y como los peones de la parábola quisiéramos erradicar de inmediato la hierba mala, para que el buen trigo no sufra: tememos que el designio de Dios sea destruido y los impíos triunfen. ¡Cuánto nos engañamos con nuestros vanos temores! Todo está en manos de Dios. Es una verdad de fe. Dios es causa primera y el hombre causa segunda, pero inteligente y libre; no sería libre si no pudiese apartarse del designio de Dios para seguir uno propio. Dios podría detenerlo y castigarlo de inmediato; que si no lo hace, San Agustín nos ha dado una razón luminosa y en todo digna de la bondad de Dios: omnis malus aut ideo vivit ut corrigatur; aut ideo vivit ut per illum bonus exerceatur [todo lo malo o vive para que sea corregido; o vive para que por su medio sea practicado el bien]; pero en cuanto al designio de Dios no podría nunca ser perjudicado por la obra del hombre. ¡Oh! estamos seguros, que Dios deja hacer al hombre mientras ello no perjudica, sino que sirve a su divino designio de triunfo para la Iglesia; sin embargo cuando le ocasiona inconvenientes, en un destello cambia la escena con aquellos medios misteriosos que tiene en sus manos y Balaam, en un instante, es cambiado por un profeta al servicio de Dios.

Cuántos eventos en el mundo nos parecen casos fortuitos y sin embargo son disposiciones preparadas por Dios, quien, cuando menos se piensa, derriba y vuelca todos los castillos en el aire fabricados por los hombres y que se creían eternos (…). Dios conoce el tiempo de edificar y el tiempo de destruir; y en el tiempo oportuno edifica y destruye.

Discurso para el Jubileo Sacerdotal de León XIII – 1887

Fuente/Autor: Una Voz Viva

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