A pesar de mi pequeñez, quisiera, Señor Jesús, recorrer la tierra, predicar tu nombre y plantar en tierra infiel tu Cruz gloriosa.
Pero no me bastaría una sola misión, querría anunciar el Evangelio al mismo tiempo en las cinco partes del mundo, hasta las islas más remotas…
Quisiera ser Misionera no solamente durante unos años, quisiera haberlo sido desde la creación del mundo y seguirlo siendo hasta la consumación de los siglos…
Y quisiera, sobre todo, ¡oh mi Amado Salvador!, derramar mi sangre por Tí hasta la última gota…
Fuente/Autor: Santa Teresa del Niño Jesús