“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Familia

Padres alegres hoy, abuelos felices mañana

27 de enero de 2020

Ahora que han vuelto a estar de moda las canciones románticas, en días pasados me tocó escuchar Capullito de Alhelí. Inmediatamente vino a mi memoria una escena que viví cuando era pequeña, durante una boda en mi pueblo.

Las mujeres estaban separadas de los hombres, como suele suceder en muchas cenas o reuniones de parejas, y cuando los músicos comenzaron a tocar la citada canción, no sé de dónde, pero don Julián apareció como por arte de magia e invitó a bailar a doña Bocha, su esposa.

Ellos eran un matrimonio ya mayor, pero bailaban como si estuvieran viviendo la etapa del enamoramiento en plena juventud.

La verdad es que todos admiraban a esa pareja, pues a pesar de tener muchos años de matrimonio, vivían como si fueran recién casados.

¿Cómo le hicieron doña Bocha y don Julián para conservar fresco ese amor aún en la ancianidad? ¿Es posible un amor así en la vejez? Claro que sí. Con el paso de los años llega un amor maduro, de complacencia, de paz.

Juntos han visto crecer a los hijos y han observado cómo cada uno ha tomado su rumbo haciendo su propio estilo de vida. También han convivido juntos la mayor parte del tiempo.

Para llegar a ese amor maduro, donde además de ser esposos llegan a ser como hermanos (inclusive llegan a parecerse físicamente), es necesario cultivarlo desde el principio, vivir desde hoy ese romanticismo lleno de detalles delicados, donde nuestro cónyuge es el ser más importante de nuestra vida.

Hay que volver a los principios y darle a nuestro matrimonio ese toque de rejuvenecimiento.

Es importante disfrutar de lo que nuestra pareja disfruta (por solidaridad con el cónyuge, no necesariamente por gusto propio), aunque a veces nos parezca difícil hacerlo. Una de las fases de la vida en la que muy pocas veces o nunca pensamos, es la vejez, pero envejecer es una realidad y ésta será más feliz y plena si así hemos vivido nuestra juventud.

Buena salud
Un factor que influye mucho para conseguir una buena vejez es conservar una excelente salud.

Se dice que la juventud es la preparación para la madurez y la vejez, por eso se debe procurar una buena alimentación balanceada, evitar la vida sedentaria practicando algún deporte, y sobre todo evitar el exceso de alcohol y las desveladas.

Ahorro
Debemos formar desde la juventud un buen ahorro tratando de vivir de manera equilibrada, evitando los derroches, de tal forma que cuando ya no sea posible trabajar, no tengamos que depender de nadie.

Comunicación
Mantener siempre una gran comunicación. Que cada uno sepa lo qué está sintiendo y viviendo su cónyuge. Con esto se trata de evitar malentendidos.

Cuando una pareja joven y alegre permanece así hasta llegar a la edad de tener nietos, reflejan el mismo estado de ánimo que doña Bocha y don Julián y dan buen ejemplo a quiénes les observan.

Para lograr una ancianidad feliz, una pareja joven necesita:
1.- Conservar la alegría y el encanto del principio.
2.- Tener una magnífica comunicación.
3.- Disfrutar de los pasatiempos del cónyuge.
4.- Cuidar la salud.
5.- Ahorrar para la vejez.
6.- Meditar juntos.
7.- Dar buen ejemplo a los hijos.
8.- Llevar con amor y paciencia las faltas del otro.
9.- Luchar por la unidad de la familia.

Fuente/Autor: Carmen Cantú

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