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Mundo Joven

Niños estudian entre el polvo y láminas oxidadas

27 de enero de 2020

… mientras los Candidatos gastan millonadas en su campañas elctorales.

“A veces llueve más aquí adentro que afuera; nos llenamos de lodo y nos enfermamos mucho, y a veces el calor no se aguanta”, dijo Rodolfo, de 13 años, unos de los mil 200 jóvenes que estudian en una improvisada escuela, en la aldea El Porvenir, Villa Canales.

“Es difícil educar en esta situación precaria, y los estudiantes tienen problemas de rendimiento”, afirma el profesor Pablo Lemus, quien imparte clases entre el polvo, cerca de la covacha que sirve como escuela.

Al igual que Rodolfo, mil 200 estudiantes reciben clases en el referido establecimiento escolar, entre pedazos de láminas oxidadas, con esquinas expuestas, piso de tierra que se convierte en lodo en época de lluvia, con pupitres destrozados y una fosa séptica por sanitario.

En junio del 2009, los 450 estudiantes del Instituto Nacional de Educación Básica y 800 de la Escuela No. 690, que utiliza el recinto en la mañana, fueron trasladados a una construcción en ruinas en la que se improvisaron divisiones con madera podrida y láminas, ante el ofrecimiento gubernamental de construirles un nuevo edificio.

Promesa incumplida

La obra, para la cual se designaron Q2 millones 492 mil de los consejos de Desarrollo, debía entregarse en abril del 2010. Fue adjudicada a la organización no gubernamental Aprotsadegua y a la empresa Construcpsa.

Posteriormente se decidió ampliar la construcción en seis aulas, ya que se sobrepasaba la capacidad del nuevo establecimiento.

Se autorizaron Q878 mil adicionales del Fondo Nacional para la Paz en enero último, y se prevé que la obra sea entregada a finales de julio; un año y dos meses después del plazo inicial.

El atraso, según Carlos Narez, jefe de Comunicación de Fonapaz, se debe a que la construcción inicial fue mal cimentada y tiene fisuras, por lo que se necesitan refuerzos en la estructura, que se asienta sobre terreno inestable.

“Estamos preocupados porque ya empezaron las lluvias y los niños se mojan, se enferman seguido del estómago y terminan con hongos”, expuso Juan Ordóñez, presidente del comité de padres de familia del Instituto.

Los maestros de ese plantel dan cuenta de que cien niños abandonaron clases el año pasado y otros 25 se han retirado en lo que va del 2011.

“Es difícil enseñar aquí, porque debido a las láminas, los niños no escuchan bien; hace un calor insoportable y no hay agua. Todos los maestros tenemos problemas en la garganta, y en los niños es frecuente la conjuntivitis”, dijo la docente Claudia Pérez.

“Hay hacinamiento, mobiliario deteriorado y, a veces, cuando oscurece temprano, alumbramos las pizarras con linterna o dejamos que los alumnos salgan antes de las 6 de la tarde”, comentó el maestro Fernando Coronado.

Además, faltan seis docentes en el Instituto, mientras los demás se turnan para atender todas las aulas.

Juan José Recinos, director departamental de Educación Guatemala Oriente, afirmó que esta semana se nombrará a los docentes que faltan.

Según Manuel Pérez, rector de la Universidad del Istmo, esas condiciones son “una barbaridad y algo inhumano, porque el Ministerio de Educación tiene el presupuesto más grande”.

Señaló que se evidencia una pobre gestión y denota “incompetencia”.

Fuente/Autor: Prensa Libre

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