que cargamos sin amor
como una fatal herencia.
que echamos sobre los hombros
de los hermanos pequeños.
que no quebramos a golpes
de libertad solidaria,
desnudos para la entrega,
rebeldes contra la muerte.
que exhiben los opresores
en las paredes del banco,
detrás del trono impasible,
en el blasón de las armas,
sobre el escote de lujo,
ante los ojos del miedo.
que el poder hinca en el Pueblo
en nombre de Dios quizás.
que la Iglesia justifica
quizás en nombre de Cristo
cuando debiera abrasarla
en llama de profecía.
¡
que no pueda ser La Cruz!…
Fuente/Autor: Casaldáliga