Líder de católicos en Los Ángeles dice que tiene esperanzas por la nueva configuración del Congreso de EU.
El arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony aseguró ayer que la iglesia católica seguirá pugnando para que el Congreso de Estados Unidos presente una reforma migratoria integral el próximo año.
Presente en la peregrinación de las imágenes de San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe, “Madre de todos los Inmigrantes”, Mahony dijo que “nuestra Madre se hizo presente en las necesidades de los inmigrantes el año pasado y quiere que luchemos duro”.
El líder de cuatro millones de católicos en Los Ángeles se refería a las multitudinarias marchas del 25 de marzo y 1 de mayo de 2005, cuando millones de inmigrantes en todo el país salieron de las sombras, exigieron una reforma migratoria y protección de sus derechos.
“Tenemos esperanza que nuestra Madre siga acompañándonos y tambien confianza en un nuevo Congreso [de mayoría demócrata],” indicó Mahony. “Ella [la Virgen de Guadalupe] estuvo al principio y al final de las marchas… [por eso] hay signos de esperanza.
Mahony indicó que el mismo Presidente George W. Bush “quiere” un plan comprensivo que contemple todos los problemas, la realidad en la frontera con México y la presencia de 12 millones de indocumentados.
Según un informe del Pew Hispanic Center, más de la mitad de todos los indocumentados (56% o 6.2 millones) son mexicanos; otros 2.5 millones provienen de Centroamérica, en particular de Guatemala, El Salvador y Honduras.
En una carta enviada al Congreso, obispos católicos del sureste de Estados Unidos exhortaron a los legisladores a analizar las consecuencias humanas del “severamente defectuoso” sistema de inmigración, y pidieron una reforma integral.
Los obispos de Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur afirmaron que la inmigración “es una preocupación moral que afecta la dignidad humana y los derechos humanos de cada persona”, y una reforma justa debe contemplar más que “sólo medidas de seguridad” para atacar las raíces de la migración.
“Les pedimos que vean las caras de los niños separados de sus padres; que escuchen el llanto de los trabajadores que diariamente arriesgan sus vidas en las fábricas y campos; que sientan el miedo en los corazones de aquellos que no están seguros en sus vecindarios”, firmaron los obispos de Wilton Gregory (Atlanta, Georgia), Roger Baker, (Charleston, Carolina del Sur), Kevin Boland (Savannah, Georgia), Michael Burbidge, (Raleigh, Carolina del Norte), y Peter J. Jurgis (Charlotte, Carolina del Norte).
Previo a las elecciones de noviembre, en las que el partido republicano perdió la mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, el Presidente Bush firmó en ley la construcción de un muro de 1,126 kilómetros en la frontera con México, a un costo inicial de 1,200 millones de dólares.
“Los muros no sirven para nada”, comentó ayer Mahony. “Nosotros estamos a favor de un plan que reconozca que necesitamos de los trabajadores, ofreciéndoles derechos y un camino a la ciudadanía”.
Bush es partidario de la protección de las fronteras de Estados Unidos, un programa de trabajadores temporales y que los empleadores rindan cuentas por quienes contratan. Se opone a una amnistía y favorece la integración y asimilación de los recién llegados a la sociedad estadounidense.
Fuente/Autor: Jorge Luis Macías/La Opinión