Los Obispos piden trabajar juntos para construir un México más humano, más justo, más equitativo donde se garantice a todos una vida digna y la efectiva libertad religiosa.
Lago de Guadalupe, Edoméx.
Expresamos nuestra voluntad de sumarnos en la construcción de un México más humano, más justo, más equitativo. Se requiere el esfuerzo de todos, es necesario coordinar y conducir las voluntades para alcanzar un acuerdo nacional que logre un México donde todos los ciudadanos tengan las condiciones para una vida digna, han afirmado los Obispos mexicanos reunidos en su LXXXI Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el comunicado emitido el miércoles 26 de abril y de cara a las elecciones del próximo 2 de julio.
Los Obispos afirman que aún cuando se han hecho avances significativos falta todavía cambios sustanciales que permitan un verdadero desarrollo en todos los sectores de la población.
El ejercicio de la autoridad – observan los Obispos – debe asumir carácter de servicio, se ha de desarrollar siempre en el ámbito de la ley moral para lograr el bien común.
Advierten los purpurados que la dificultad para llegar a acuerdos se debe en parte a la falta de espacios de diálogos plurales e incluyentes que promueven la participación ciudadana, pues todos los ciudadanos deben ser constructores de la democracia y forjadores de acuerdos sólidos entre las autoridades. Sólo la sociedad unida puede romper el circulo vicioso que inhibe el desarrollo y el crecimiento económico y perpetua la pobreza y desigualdad.
Recuerdan así mismo los Obispos que México es un país rico en tradiciones y cultura, con gran riqueza natural y con mucho potencial humano, y por ello, si unimos esfuerzos, dentro de un marco de pleno respeto a las diferencias ideológicas y políticas, se multiplicará la capacidad de vencer retos y alcanzar metas de desarrollo y bienestar social.
El jueves 27 los Obispos afirmaron que el Estado debe centrar su gobierno en la dignidad de la persona y por tanto, en el reconocimiento y garantía de todos los derechos humanos.
Entre ellos señalan los Obispos especialmente el reconocimiento de la libertad religiosa que todavía no incorpora plenamente la Constitución Mexicana. Garantizar el derecho a la búsqueda de las verdades trascendentes y el propósito último del hombre – afirman los Obispos – es un componente esencial de una democracia sustentable.
Según los Obispos El principio de laicidad garantiza el respeto de cualquier confesión religiosa por parte del Estado, que asegura el libre ejercicio de las expresiones de culto, espirituales, culturales y caritativas de las Iglesias.
Además el Estado también promueve una sana libertad religiosa ofreciendo en las escuelas públicas los medios necesarios para que los menores puedan recibir la enseñanza religiosa de acuerdo con el expreso consentimiento de sus padres.
Terminan los Obispos invitando a los candidatos a la presidencia de la Republica a manifestarse sobre este tema, que beneficia a la persona en particular, a la familia, a las Iglesias, y a la comunidad en general.
En la foto – Don José Guadalupe Martín Rábago, Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana.
Fuente/Autor: Agencia Fides