Recordando al Papa Juan Pablo II de feliz memoria, me hace recordar esos años maravillosos donde la alegría se volcaba al escuchar atentamente los mensajes de paz y preocupación que daba el Papa Peregrino para todos los jóvenes del mundo.
Uno de esos mensajes que más vienen a mi memoria, fue esa ocasión donde habló a los jóvenes de la siguiente manera. “Jóvenes si Dios te llama a servirle, no tengas miedo”. Hace años, en el Jubileo a los jóvenes Juan Pablo II expresó “Dios me concedió la gracia de amar mucho a los jóvenes. Por eso me gustaría hablarles como un amigo habla a un amigo, con cada uno personalmente, mirándonos a los ojos, de corazón a corazón… Mirad, a vosotros os toca especialmente la tarea de construir un mundo más humano y más cristiano, la misión de salvar al mundo del mal y evangelizarlo. Y os toca a vosotros en especial porque la evangelización no se hace sin entusiasmo juvenil, sin juventud en el corazón, sin un conjunto de cualidades en las que la juventud es pródiga: alegría, esperanza, transparencia, audacia, creatividad, idealismo. Estas características precisamente hacen de nosotros un aliado natural de Cristo, del mismo Cristo en quien únicamente encontrarás respuesta a nuestros problemas e inquietudes.
La mies es mucha y los obreros pocos; por tanto expresaba Juan Pablo II no es suficiente orar por la vocaciones sacerdotales y religiosas; es preciso estar atento personalmente al llamamiento del Señor para responder con generosidad a esta llamada.” Me pregunto muchas veces porque la insistencia de Juan Pablo II de hablarle constantemente a los Jóvenes. ¿Tienes tú la respuesta?
Fuente/Autor: P. Ernesto Esqueda,cs