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Huracán ‘Stan’ complicó ruta de centroamericanos

27 de enero de 2020

Vean en la sección de Galerías de Fotos unos momentos de la Ordenación Sacerdotal y del Cantamisa de Acción de Gracias del Padre Esvin R. Marroquín Sánchez.

La devastación de la red ferroviaria los orilló a buscar otros trayectos.

ARRIAGA, Chis.— El huracán Stan que azotó Chiapas en octubre de 2005 modificó las rutas que utilizan miles de migrantes que huyen del hambre y la miseria de sus países para desplazarse a Estados Unidos.

Antes del fenómeno hidrometeorológico, el mayor número de extranjeros centro y sudamericanos que cruzaban al territorio mexicano por la frontera de Tecún Umán, Guatemala, y en Ciudad Hidalgo y Tapachula abordaban el tren de carga de la empresa Chiapas-Mayab con destino a la ciudad de Ixtepec, Oaxaca.

Esta ruta conocida como la de la Costa, también era utilizada por los polleros para transportar a los “sin papeles”, escondidos en el doble fondo de tráileres o camiones cargados de frutas o mercancía proveniente de Centroamérica.

Con el paso del ciclón, que devastó puentes y destruyó la infraestructura ferroviaria, los centroamericanos que en su mayor parte son jóvenes, tienen que caminar más de 300 kilómetros desde Ciudad Hidalgo, punto fronterizo con el vecino país del sur, para llegar a este poblado y subirse al tren de carga, que al suspender operaciones desde hace 20 días la ruta se extendió a 180 kilómetros más, hacia Ixtepec, con la esperanza de treparse al lomo de la bestia, como le llaman al ferrocarril Transístmico, que ocasionalmente cubre la ruta Medias Aguas (Veracruz) a Salina Cruz (Oaxaca), por donde Pemex transporta sus derivados.

Ruta del Petén

Otra gran cantidad de migrantes optó por ingresar a territorio mexicano por la región del Petén, en Guatemala, con fuerte presencia de narcotraficantes y traficantes de armas.

Ahí, los migrantes parten desde el punto fronterizo denominado El Naranjo, del lado guatemalteco. Ingresan al territorio nacional de manera ilegal por peligrosos caminos selváticos y pantanosos por la frontera de El Ceibo, ubicado en el estado de Tabasco.

En este punto, los indocumentados tienen que caminar por zonas pantanosas alrededor de 28 kilómetros para llegar al municipio de Tenosique, con el objetivo de abordar el tren de carga que —antes de suspender también el servicio— partía desde la ciudad de Mérida, Yucatán, que los trasladará al poblado de Medias Aguas, municipio de Sayula, Veracruz, donde los extranjeros toman diferentes caminos para desplazarse a los diversos puntos fronterizos con Estados Unidos.

Otra de las rutas preferidas por los coyotes es la del paso fronterizo La Mesilla, del lado guatemalteco, ingresando a nuestro país por Ciudad Cuauhtémoc, en Chiapas.

Desde aquí, los migrantes son trasladados vía terrestre a través de las poblaciones de la Trinitaria, Comitán, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez.

Por el mar

La menos utilizada en la época de lluvias es la marítima, por el océano Pacífico, donde sin las mínimas medidas de seguridad los indocumentados son transportados en lanchas rápidas conocidas como W25 O (tiburoneras) con motores de 75 caballos de fuerza. Por este medio, los “sin papeles” son embarcados en Puerto de Ocós, Guatemala, con destino a Salina Cruz, Oaxaca.

Sin embargo, durante el trayecto los polleros hacen escalas para abastecerse de combustible y alimento en algunas comunidades pesqueras del estado de Chiapas como Barraz Zacapulco, en el municipio de Acapetahua, y Paredón, en Tonalá, antes de arribar a Salina Cruz.

Por la ‘Bestia’

Las dos rutas del ferrocarril: Tenosique, Tabasco, e Ixtepec, Oaxaca, convergen en la localidad de Medías Aguas, en Veracruz, y de ahí los migrantes utilizan las rutas que los lleva al Distrito Federal y desde ahí hacia el norte, o bien la que parte para Matamoros, Tamaulipas, a lo largo del golfo de México.

El pago

Los polleros utilizan preferentemente el sistema carretero para trasladar a los migrantes, utilizando desde autobuses de pasajeros hasta tráileres o camiones de carga, a un costo que oscila de 3 mil a 6 mil dólares cada persona, y el pago se hace en dos partes: el primero antes de iniciar el viaje y el segundo al llegar a Estados Unidos.

Los traficantes de personas ofrecen tres oportunidades para llegar a Estados Unidos y si no logran el objetivo, el anticipo se pierde.

Fuente/Autor: María de Jesús Peters/El Universal

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