en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
en el que dejaste de creer en el amor; y luego te diste cuenta de la importancia que guardan dentro de sí las personas y te ayudó a amar a los demás cada día más.
en el que la amistad parecía no existir; y descubriste el valor de reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos, descubriendo así la grandeza de vivir desde dentro con alguien a quien quieres.
en el que estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido; y fue luego cuando tu e-mail se llenó de mensajes alentadores, tu móvil de llamadas de encuentro y de pitidos de recuerdo.
en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
en que un examen parecía imposible de pasar; y hoy es un examen más que aprobaste.
en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te quedaste paralizado mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que un instante también puede cambiar tu vida y aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.
“Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio
de un sueño hecho realidad”.
Fuente/Autor: Reflejos de Luz