“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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HOMILÍA DEL PADRE PROVINCIAL, PADRE ANTONIO TAPPARELLO

27 de enero de 2020

Este Domingo vamos a editar una GALERÍA DE FOTOS de este hermoso día que hemos vivido en el Noviciado de Purépero, Mich.

Proponemos la Homilía que el Padre Antonio Tapparello, nuestro Padre Provincial, dio dentro la Celebración Litúrgica de la Primera Profesión Religiosa en Purépero, Mich. este 28 de Noviembre.

Purépero, Mich. – 28 de Noviembre 2008

Hermanas y Hermanos en el Señor Jesús, estimados Novicios.

Este momento se reviste de una importancia toda singular para nosotros los Misioneros de San Carlos, ya que vamos a celebrar la Primera Profesión de cuatro hermanos nuestros, que se comprometen seguir a Cristo de una manera muy especial: servir los mMgrantes en el espíritu de nuestro Fundador, el Beato Scalabrini.

Como Religiosos estamos llamados a seguir a Jesús con una relación personal y a configurar nuestras vidas a la suya, a entrar en su mente y corazón, en sus pensamientos y deseos, en su misterio y filiación divina. El sentido del seguimiento a Cristo no es sólo caminar tras sus huellas e imitar su estilo de vida, sino es entrar en el misterio de su vida, muerte y resurrección.

Los Religiosos buscan una configuración siempre más cercana con Cristo, hasta que puedan afirmar “Cristo es mi vida” (Fil 1,21). Esta configuración con Cristo, que fue consagrado y enviado por el Padre, identifica a los Religiosos con la vida del amor: llenos de amor, ellos desean vivir por Cristo y por la Iglesia. Los Religiosos, de una manera muy especial, hacen Cristo presente en la Iglesia, hacen la Iglesia más semejante a Cristo y la Iglesia más presente en el mundo (PC 5-6).

Nosotros, Misioneros Scalabrinianos, estamos llamados y enviados a llevar la presencia de Jesús al mundo de la movilidad humana. “Las migraciones nos sitúan ante un desafío nada fácil, por su relación con las esferas económica, social, política y cultural. Se trata de un desafío al que todos los cristianos deben responder, luchando en favor de los derechos de los migrantes y en su defensa.
Ese empeño es fruto de aquella compasión de Jesús, Buen Samaritano, que el Espíritu suscita en el corazón de las personas de buena voluntad.
“De hecho, la tarea de anunciar la Palabra de Dios, que el Señor confió a la Iglesia, desde el inicio se ha entrelazado con la historia de la emigración de los cristianos” (Erga Migrantes, 3).

Nosotros, los Misioneros para los Migrantes, encarnamos la compasión del Buen Samaritano según el ejemplo de Scalabrini que en su tiempo no solo buscó aminorar el sufrimiento socorriendo a los migrantes en sus necesidades materiales y espirituales, sino que también estudió las causas profundas de la migración: la pobreza, la injusticia social, el desempleo…

Hoy cuando contemplamos Migrantes ser cazados como animales, ser pisoteados en sus derechos, estamos llamados a dejarnos llevar por la compasión de Cristo e ir al encuentro de los necesitados, consolarlos en sus tribulaciones y darles esperanza en su caminar.

Nuestro Fundador, ante los pedidos incesantes de Migrantes consternados por su situación de abandono , lloraba por “la imposibilidad de cambiar la cruz de oro de Obispo por la de madera de Misionero para volar en auxilio” de los necesitados.

Queridos Novicios, hoy al hacer su Profesión Religiosa, ustedes se consagran a Dios al servicio de los migrantes en la Iglesia. Es una misión especial, a la cual se deben entregar “como sacrificio vivo y santo que agrada a Dios” (Rm 12,1).

Ustedes y nosotros somos llamados a reunir y conducir el pueblo de Dios a la comunión y la fraternidad universal. Vivan profunda y radicalmente los consejos evangélicos, proclamando al mundo que vale la pena dejarse llenar por el Espíritu de Dios que renueva todas las cosas. Dios es exigente, “Ustedes serán para mi un pueblo y a mí me tendrán por su Dios” (Ez 36,28). Déjense transformar por “la renovación de su mente. Así sabrán ver cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que agrada, lo que es perfecto” (Rm 12,2). Como Religiosos debemos buscar la perfección de vida en el seguimiento a Jesús.

Déjense guiar en los próximos años de formación teológica por la compasión del Buen Samaritano Jesús que en el pobre encuentra al prójimo. Y que como Scalabrinianos sean Misioneros de esa compasión para que los Migrantes, viviendo la fuerza del Evangelio, testimonien la fraternidad universal, construyan un mundo sin muros ni fronteras y edifiquen una Iglesia donde los Migrantes se sientan siempre en su casa.

Aprovecho esta ocasión para agradecerles por el don de sus vidas.
Que sean siempre generosos y alegres.
Mi agradecimiento a sus familias que alimentaron la vocación, a sus promotores vocacionales y formadores.
Un agradecimiento al P. Luis que los acompañó durante el Noviciado.

Gracias a todos por acompañarnos hoy.

¡Que Dios los bendiga!

Fuente/Autor: Padre Antonio Tapparello, cs

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