“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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Editorial

GLOBALICEMOS UN MUNDO SIN FRONTERAS

27 de enero de 2020

Haz clik arriba de las banderitas para enterarte del trabajo con los Migrantes en los diferentes Países.

Recordando los 100 años de la muerte de Juan Bautista Scalabrini.

Después de tantos años de haber sido acogido en la tierra, el ser humano continúa buscando su hogar. Así, cada uno de sus detalles, ideas y movimientos se eslabonan para continuar la construcción del mundo.

De cualquier modo, todos hemos contribuido dando la mano. No obstante, la manera de estrecharlas cambia a cada instante el rumbo de nuestra historia.

Algunos han empuñado su mano para usurpar los que es de todos y levantar fronteras entre los pueblos.

Otros tienden la mano vacía para alcanzar, apenas, las sombras de sus esfuerzos. De ahí que podamos observar cómo pueblos enteros se desplazan buscando curar sus necesidades. Pero es en esta insuficiencia donde todo aquel que esté atento a la Providencia Divina reconocerá, como dijo el Beato Juan Bautista Scalabrini, las abundantes ganas de trabajar porque se tiene hambre; los anhelos profundos de progresar porque se es el último y la apertura en el diálogo con una cultura nueva donde antes sólo había una. Es decir, hemos de ver que en la solicitud de caridad, los migrantes tienen la capacidad de solidarizarse con otros pueblos, también por el bien de su propia gente.

Así, pues, el migrante es un don constante para todas aquellas comunidades de llegada y para la Igleisa. No se trata de lo extraño que causa miedo, sino la sorpresa que suscita el asombro sobre su capacidad creadora y nuestra sensibilidad para dejarnos ayudar y reconocer a Cristo que pide ayuda.

Actualmente, la globalización está dando lugar a un mundo donde cada rincón puede ser visitado por la tecnología, la ciencia y la moda que, sin embargo, no son accesibles para toda la gente. En cambio, la solidaridad –sinómimo contemporáneo de la caridad- en su gratuita disposición, es libre de expandirse por cualquier lugar para llevar al que lucha y llora “el consuelo de la fe y la sonrisa de su patria”.

El ideal del Beato Scalabrini de ganar a todos para Cristo, hoy, más que nunca, nos cautiva para aprender, de la sabiduría humana, a globalizar un mundo sin fronteras sin obstáculos para hacer del mundo la única patria y de esta patria el lugar que nos dé a cada uno el bienestar; de la bondad que Dios nos pueda conceder, a hilvanar nuestra historia con el hilo conductor de la solidadridad; del migrante, que toda persona, aún siendo diferente a nosotros, es un regalo para los pueblos.

Fuente/Autor: Novicio Oscar Cuapio Lima

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