es:
Para muchos un solitario egoísta,
para otros un solterón sin esperanza.
Si es flaco, lo quieren gordo.
Si es gordo, lo quieren flaco.
Si es alto, lo quieren bajo.
Si es bajo, lo quieren alto.
Si es güero, está muy guapo:
Si es moreno, está muy feo.
Si es joven, lo quieren con más experiencia.
Si es viejo, es un anticuado.
Si viste como un pobre, es un demagogo.
Si viste bien, es un burgués.
Si tiene coche, es un ricachón.
Si no lo tiene es un tarugo.
Si trata de mujeres, es un mujeriego.
Si trata con hombres, es afeminado.
Si trata con los ricos, los pobres lo sienten.
Si trata los pobres, los ricos se irritan.
Si es pastor, no sabe teología.
Si es intelectual, no tiene dimensión profética pastoral.
Si es serio, es un cascarrabias.
Si es alegre, es muy superficial.
Si emprende obras de caridad, es un despilfarrado.
Si no las tiene, es un tacaño.
Si obedece a la Iglesia, es del sistema.
Si abre nuevos caminos, es un progresista.
Muchos lo critican, muchos los admiran, pero, cuando se muera…
¿hay quién tome su lugar?