“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

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COMPROMETETE

27 de enero de 2020

A lo largo de nuestra vida, seguramente nos vamos a encontrar, o ya lo hemos hecho, con diferentes tipos de católicos, que se diferencian por los distintos grados de compromiso o de respuesta que le dan a Dios.

Nos encontramos primero con un tipo de católico que abunda como el pasto; a estos los vamos a llamar: católicos de agua, son aquellos que lo único que tienen de católicos es el nombre, pues en algún tiempo muy lejano sus padres los bautizaron, pero, aunque son Hijos de Dios, nunca lo han reconocido como Padre son aquellas personas que se dicen católicos ante la sociedad, pero que no van a misa, no comulgan y ni le hablemos de que se confiesen ni de que hagan caridad con algún hermano; ellos simplemente viven su vida al margen de todo Dios que pueda existir. ¿conocemos alguno?… creo que si.

Luego nos encontramos con los católicos de aire, o llamados comúnmente golondrinas, pues van, vienen, vuelven… son aquellos que luego de hacer un retiro, un campamento, quedan con todas las fuerzas y son los supercatólicos, pero cuando pasa un poco el tiempo se van porque se aburren. No le encontraron el verdadero sentido a las cosas, entonces, cuando no pasa nada extraordinario, se cansan; pero luego cuando se sienten mal, necesitan o los llaman vuelven, pero tarde o temprano vuelan hacia lugares mas cálidos. ¿Conocemos alguno?… creo que si.

Tenemos otro tipo de católicos a los que vamos a llamar católicos de plomo, son los famosos fanáticos, ratones de sacristía, santulones y que cuando lo vemos venir, generalmente decimos: “¡uh, que plomo!”… ¿alguno quiere ser así? Son aquellos que andan con la Biblia bajo el brazo para decir a todos que son católicos, será por eso que cuando abren la Biblia todos salen corriendo. Este tipo de católicos quiere resolver todo con Padrenuestros pero sin comprometerse. ¿conocemos alguno?… creo que si.

Finalmente tenemos al católico al que debemos apuntar, es el que aguanta todo por todos, y que por eso le decimos católico de fierro. Este tiene de todo un poco, pues distribuye su tiempo entre el compromiso con Cristo, con su familia (que es también su compromiso) y su trabajo o su estudio. Es aquella persona que no solo nos va a decir que le pidamos a Dios que solucione nuestro problema, sino que también él nos ayudará, es el católico al cual muchos acuden porque ven en él a un Hombre de Dios, alguien que nunca los va a dejar en banda.

Y vos…. ¿de que lado estas?

Jesús te pide que te quedes de su lado. Nos pide que ante su llamado no nos quedemos callados, aunque nos equivoquemos, pero que le digamos el porque de las cosas. Los fariseos, a quienes tanto criticaba Jesús, hacían lo contrario (Mc. 3, 1-6), cuando Jesús les preguntaba algo, ellos solo callaban y cuando Él se retiraba ellos murmuraban contra Él; a Jesús no le gusta que hablen a sus espaldas ¿a vos si? ¡a mi no!; Él quiere que nosotros le digamos las cosas de frente, sino vamos a ser como los ídolos de los que nos habla el salmo 113b, 1-7: tienen boca y no hablan… y aquellos que los siguen son iguales.

Por eso Jesús nos pide la actitud de Pedro (¡san Pedro!) quien, aunque a veces meta la pata, se anima a hablar (Mt. 16, 13-23). Jesús elogia la buena respuesta de Pedro y corrige su respuesta incorrecta, pero sobre el tiene la confianza de edificar su Iglesia… ¡aunque se equivoque!.

Y vos…. ¿de que lado estas?

Hay muchas maneras de contestar a Jesús, a este llamado que Él nos hace, solo es necesario que nosotros no preguntemos que vamos a darle a Jesús, y por supuesto que no podemos darle otra cosa que no sea lo que hemos recibido de Él. Las cosas que Él nos propone están siempre al alcance de nuestra ano, tan a mano como los clasificados de un diario, a diferencia de que en estos siempre encontramos lo que buscamos

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