Pedro había prometido morir si era necesario pero no fallar a su amistad con Jesús (Mt.26, 30-35). Pero pasó con él lo que desafortunadamente pasa con nosotros y con los que amamos: Poco le duró su promesa, y pronto frente a una mujer que le había señalado como uno de los compañeros del prisionero, él jura repetidamente diciendo: “No sé de que estás hablando…Yo no conozco a ese Hombre”.(Mat.26, 69-74) En este momento en que Jesús siente más dolor de esta negación, que el de las espinas de la corona que lleva en su frente, nos dice la Escritura. Pedro, afuera lloraba amargamente, como hubiera querido que su amigo Jesús lo viera nuevamente, al menos comprendiera lo arrepentido que estaba […]