Queridos hermanos y hermanas: 1. En este año dedicado a la Eucaristía, la Jornada Misionera Mundial, nos ayuda a comprender mejor el sentido eucarístico de nuestra existencia, reviviendo el clima del Cenáculo, cuando Jesús, en la víspera de su pasión, se ofreció a sí mismo al mundo: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en conmemoración mía (1Cor 11, 2324). En la reciente Carta apostólica Mane nobiscum Domine he invitado a contemplar a Jesús «pan partido» para toda la humanidad. Siguiendo su ejemplo, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos, especialmente los más necesitados. […]