Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda. No es casualidad que la presentación de la Eucaristía comience con el relato de la multiplicación de los panes. Con ello se viene a decir que no se puede separar, en el hombre, la dimensión religiosa de la material; no se puede proveer a sus necesidades espirituales y eternas, sin preocuparse, a la vez, de sus necesidades terrenas y materiales. Fue precisamente ésta, por un momento, la tentación de los apóstoles. En otro pasaje del Evangelio se lee que ellos sugirieron a Jesús que despidiera a la multitud para que fuera a los pueblos vecinos a buscar qué comer. Pero Jesús respondió: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mateo 14, 16). Con ello […]