COMIENZA LA MISIÓN DE LA IGLESIA 1. En el Decreto conciliar Ad gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia, encontramos ligados el acontecimiento de Pentecostés y la puesta en marcha de la Iglesia en la historia: “El día de Pentecostés (el Espíritu Santo) descendió sobre los discípulos”. Fue en Pentecostés cuando empezaron los ¡hechos de los Apóstoles! (Ad gentes, 4). Por tanto, si desde el momento de su nacimiento, saliendo al mundo el día de Pentecostés, la Iglesia se manifestó como “misionera”, esto sucedió por obra de Espíritu Santo. Y podemos enseguida añadir que la Iglesia permanece siempre así: Permanece “en estado demisión” (instatui-nissionis). El carácter misionero de la Iglesia pertenece a su misma esencia, es una propiedad constitutiva […]