“La empresa se puede considerar felizmente iniciada” La empresa que el Señor se dignó inspirarnos en favor de nuestros pobres compatriotas emigrados en América se puede considerar, con la ayuda de Dios, felizmente iniciada. Apenas regresé de Roma ya me puse a la obra. En forma provisoria alquilé una casa, bastante cómoda por ahora, y casi he terminado de proveerla con lo necesario, es decir cama, ropa de cama, utensilios, etc. etc. Doce personas podrían alojarse allí también de inmediato. Hasta ahora son cinco: el superior y el ecónomo, que se quedarán aquí, y tres alumnos admitidos en éstos días. Los sacerdotes que solicitan entrar no faltan, especialmente después de la publicación del Breve que me dirigió el S. Padre. […]