Al leer el texto de la carta a los Romanos no me puedo quedar con lo bonito, en lo bien que resuena al leerlo sino que la Palabra siempre invita a profundizarla, a orarla y hacerla vida. Son tantas las veces en las que sin poder expresar en palabras nos vemos directamente reflejados en el texto. Por lo menos a mí, esa palabra que va entrando tiene una continuación en la que voy respondiendo: por aquí es sí en mi vida, esta parte es aún no, por aquí hay mucho para mejorar, etc… A partir de ahí, hay un trabajo a realizar y pienso en cómo encarnar esa Palabra de Dios en mi vida: ¿Cómo es mi caridad? ¿A qué […]