María Santísima, Madre de nuestra América, por la predicación del evangelio nuestros pueblos conocen que son humanos y que Tú eres la Inmaculada y llena de gracia. Con certeza filial sabemos que en tu oído está el anuncio del Ángel, en tus labios el cántico de alabanza; en tu brazo, Dios hecho Niño; en tu corazón, la cruz del Gólgota; en tu frente, la luz y fuego del Espíritu Santo, y bajo tus pies, la serpiente derrotada. Madre nuestra Santísima, en esta hora de nueva evangelización, ruega por nosotros al Redentor del hombre; que él nos rescate del pecado y de cuanto nos esclaviza; que nos una con el vínculo de la fidelidad a la Iglesia y a los pastores […]