Señor: paso tantas horas junto a mis compañeros y, sin embargo, me doy cuenta que los conozco muy poco. El afán de cada día no nos permite conocer nuestros problemas, nuestras alegrías. ¡Y pensar que todo el día luchamos para terminar los mismos trabajos, resolver los mismos desafíos, y sacar adelante los proyectos! Hoy te pido por mis compañeros, Señor. Por los que se afanan como yo en la misma tarea, y hacen conmigo los trabajos de cada día. Perdón por mi olvido, y mi indiferencia escondida tras las prisas y los trabajos urgentes, por no darles las gracias, por ver solamente mi cansancio, por vivir junto a ellos como extraños. Gracias Señor, por mis compañeros, por su compañía y […]