, que se enamoran de Cristo y proclaman en voz alta este amor.
, que buscan su vocación rezando, reflexionando, pidiendo consejo.
, que saben definirse, pues, los ni calientes ni fríos, Dios los vomita.
, que hacen de su vida un regalo a los demás.
que, puesta la mano al arado, no vuelven la mirada atrás.
que, apoyando su mano en la mano de Cristo, su corazón en el corazón de cristo, dan su sí radical.
Dichosa la Iglesia, que puede contar con esta clase de jóvenes.
Dichosa esta Tierra, que puede contar con estos jóvenes nuevos, porque logrará renovar su cultura, sus valores, sus instituciones, sus fuentes de inspiración, sus modelos de vida.
Dichosos ustedes, jóvenes, que han apostado su vida por Cristo.
Dichosos ustedes los jóvenes, que han encontrado en Cristo la respuesta a sus inquietudes.
Dichosos ustedes los jóvenes que, con corazón abierto, van quitando toda frontera.
Dichosos ustedes los jóvenes, que van al encuentro del migrante y del marginado.
Dichosos, porque, Él que cuenta con ustedes, hará maravillas en ustedes y con ustedes.