Con 62 votos a favor y 36, la Cámara Alta abre la puerta a la legalización de más de siete millones de indocumentados con más de cinco años de residencia en Estados Unidos.
Jueves 25 de mayo de 2006
El Senado de Estados Unidos aprobó hoy la iniciativa de reforma migratoria que abre la puerta a la legalización de más de siete millones de indocumentados con más de cinco años de residencia en Estados Unidos.
El proyecto, aprobado con votación de 62 a favor y 36 en contra, incluye fondos para la seguridad fronteriza, un nuevo programa de trabajadores temporales y una eventual apertura para la residencia y subsecuentemente la ciudadanía para unos 11 millones de indocumentados que ya están en la nación.
“¿Por qué no podemos decir a los trabajadores indocumentados que están haciendo el trabajo que no queremos: ‘Salgan de la penumbra…’ ?”, se preguntó el senador republicano John McCain, uno de los principales arquitectos del proyecto.
El proyecto emprenderá ahora el arduo camino hacia una armonización con la propuesta de la Cámara de Representantes, que ha aprobado una medida mucho más conservadora y cuyos miembros han adelantado una tenaz oposición.
La cámara baja, que aprobó en diciembre su propio proyecto basado más bien en posiciones partidistas, se limita a hacer cumplir la ley en la frontera. También considera como delincuentes a los inmigrantes que estén en Estados Unidos sin autorización y a los empleadores que les den trabajo en esas condiciones.
No tiene provisión alguna sobre trabajadores temporales ni legalización de indocumentados.
Bush ha tenido un papel prominente en el debate y aprobación. En un mensaje a la nación la semana pasada dejó en claro su apoyo al proyecto del Senado.
Fuentes legislativas esperan que todo el proceso de gestión legislativa culmine antes del 28 de julio en que el Congreso entra en receso por todo el mes de agosto.
Los conservadores atacaron el proyecto hasta el final después de tratar infructuosamente de modificarlo con enmiendas.
“Este proyecto de ley no asegura nuestras fronteras”, destacó el senador republicano Jeff Sessions, de Alabama, uno de los detractores más persistentes.
“Esta es una amnistía”, afirmó el senador republicano David Vitter, de Louisiana, que trató la semana pasada de anular la medida sobre ciudadanía.
Tanto Sessions como Vitter reflejan la opinión de numerosos republicanos de la Cámara de Representantes, muchos de los cuales condenaron enérgicamente el proyecto del Senado, al igual que el pedido de Bush de un “acercamiento amplio” sobre el asunto.
Eso significa difíciles conversaciones en busca de una solución negociada con las elecciones legislativas cada vez más cerca -previstas para noviembre-, en momentos en que Bush tiene muy bajo nivel de popularidad.
Los republicanos están preocupados y los demócratas sumamente animados por sus posibilidades en los comicios.
Fuente/Autor: AP y Notimex/El Universal