De los Escritos de J.B. Scalabrini
Ustedes primeramente, Venerables hermanos y cooperadores míos queridísimos, fortalézcanse cada día más en el espíritu de su vocación. Continúen animosos en sus tareas parroquiales, que no deben ser premiadas por el mundo, sino por Aquel que los ha llamado al inestimable honor de revestirse de su divina Persona en la obra de salvar a las almas. Redoblen la actividad y la vigilancia, hablen claro y hablen alto, a fin de prevenir a al rebaños de ustedes de las artes de los seductores. Especialmente en este tiempo promuevan con todo celo en el pueblo la instrucción y la piedad. Salgan, como hoy suele decirse, de la sacristía, pero con el corazón y la mente llenos del Espíritu Santo; salgan para santificar. Los sacrificios del santo ministerio de ustedes son grandes, grandísimos hoy ya que el mismo ministerio está tan obstaculizado por toda clase de impedimentos, pero los sacrificios, hasta el más leve, están todos contados allá arriba. ¡Por lo tanto, paciencia y coraje!
Unión con la Iglesia, obediencia a los legítimos Pastores – Piacenza 1896
Fuente/Autor: Una Voz Viva