“La Biblia se vuelve más y más bella en la medida en que uno la comprende.”

GOETHE
15 de mayo Jornada Mundial de oración por las vocaciones
01/27/2020
¿Campeonato mundial?
01/27/2020

Temas

Ayuda Espiritual, respecto a la sexualidad

27 de enero de 2020

En esta sección encontrarás material que te podrá ayudar a superar las dificultades en vivir una sexualidad de acuerdo a los designios maravillosos de Dios.

¿Qué es la adicción Sexual

http://www.courage-latino.org

¿Existe una adicción al sexo?

Pues si, si podemos hablar de una adicción al sexo cuando tu actividad sexual cumple alguno de los siguientes factores que te iré explicando. Conforme leas, date cuenta de si alguna de estas cosas te ha pasado o te está pasando.

1. Compulsión:
En pocas palabras, cuando pierdes el control de un acto. ¿Cómo? Pierdes el control para frenar una actividad, aunque quisieras hacerlo. Es más, no sólo tienes la sensación de que ya no puedes detenerte, sino que usarías cualquier medio para conseguir lo que quieres, saltándote los peligros, lo que digan los demás, los daños otros y a ti mismo. Un actividad compulsiva puede llamarse tal cuando tu voluntad está tan débil que haces lo que sea con tal de conseguir lo que “te pide el cuerpo y la mente.” Ojo, la voluntad sigue ahí y la tienes que reforzar para salir de la adicción, pero es como si la hubieses tenido enyesada durante años y ahora tuvieses que rehabilitarla con otros ejercicios. Primero tendrás que reconocer que tienes un “yeso”, luego tendrás que tomar la decisión de quitarlo, a lo que seguirá ir rompiendo ese molde conforme vas rehabilitando tu voluntad con otros ejercicios.

2. Tendencia al aumento de la dosis:
Es muy característico de una adicción que cada vez necesites más dosis para sentirte satisfecho por un corto lapso de tiempo. Las adicciones van en escalada. Puedes intentar obtener más gratificación aumentando una actividad masturbatoria, por ejemplo, pero siempre quedas insatisfecho. Esto lleva al peligro de buscar cada vez situaciones y actividades más arriesgadas para intentar llenar ese vacío que no se está llenando.

3. Dependencia psíquica y física:
Aquí te pondré las típicas frases “es que el cuerpo me lo pide”, “es que lo necesito”, “no puedo vivir sin esto.“ Físicamente el cuerpo se ha acostumbrado a su “dosis”. Psíquicamente es todo un reto buscar actividades mentales sanas que llenen la dependencia con la que tú mismo, inconscientemente, te has etiquetado. Usando nuevamente el ejemplo de la masturbación, no vas a morir por dejar de hacerlo, pero el cuerpo y la mente van a demandar su dosis de placer. ¿Cómo vas a substituirlo? Aquí otro término: síndrome de abstinencia. Es como los fumadores que están dejando el cigarro. En cuanto lo dejan, sienten un ansia enorme por conseguir lo que el tabaco les proveía, y experimentan física y psíquicamente justo lo contrario a lo que el tabaco les ofrecía. Si sentían relajación, ahora pasarán por una fuerte intranquilidad. Si fumar les ayudaba a concentrarse, ahora se sentirán muy dispersos e incapaces de poner atención. Lo mismo sucede a nivel sexual. Se necesita de otra persona que te vaya diciendo cómo satisfacer todo a lo que el cuerpo se había acostumbrado y que le estaba haciendo daño.

4. Consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad:
Como te había mencionado, la adicción lleva a requerir más dosis o nuevas actividades, tal vez más peligrosas, para conseguir apaciguarte momentáneamente. Crudamente, una adicción a la masturbación y a la pornografía puede empujar a una persona a perder el trabajo, romper con su pareja, o asuntos tan graves como convertirse en un violador… ¡ aunque definitivamente no quiere hacer lo que está haciendo! No digo que todos los casos lleguen a este extremo, pero existen testimonios de que así ha ocurrido. En un abusador hay una persona, una persona cuyo pasado ha ido, aún con su voluntad débil, marcando su presente. Día a día la adicción consume tu tiempo, no sólo laboral u ocupacional, sino social, recreativo, ¡tu tiempo de descanso!. Comienzas a vivir una doble vida, y olvidar tus proyectos, tus sueños y la esperanza.

5. Deseo persistente o esfuerzo inútil de dejarlo:
Sabes que hay algo que no te gusta, algo que te está frenando, como un obstáculo para conseguir las cosas que realmente deseas. Quieres dormir y descansar para los exámenes de la semana, pero “algo” te llama a buscar pornografía justo en ese momento. “Bueno, sólo un ratito”… de golpe descubres que son cerca de las cuatro de las mañana y sigues pegado al monitor. ¿Te ha pasado alguna vez? Quieres dejarlo, pero siempre regresa el “llamado” del cuerpo y de tu mente. Ves que no es conveniente para ti, tu doble vida pende de un hilo, tal vez alguien se de cuenta… ¡pero el cuerpo me lo pide! ¡lo necesito!

No sé si hayas encontrado que alguna de estas características se cumple en tu muy particular caso. El primer mecanismo que usamos para evitar aceptar que estamos en una adicción es negarla. La negación. Creemos que podemos manejar la situación nosotros mismos, y las cosas sólo crecen y se salen de control. En el siguiente capítulo voy a enumerar los distintos tipos de adicción.

Tienes una adicción sexual… ¿y no lo sabes?

En medio de estas situaciones te puedes preguntar: ¿qué tanto es tantito?… Quiero hablarte de qué son las adicciones sexuales y, en el camino, podrás darte cuenta si estás metido en una sin saberlo. Antes de comenzar, me gustaría que consideraras esta idea: tus acciones no definen quién eres. Por lo tanto no es muy adecuado decir “soy un adicto sexual.”

Eso sería una etiqueta falsa que te habrías impuesto y, peligrosamente, puede llevarte a no querer cambiar, a decir “soy así, ya ni modo…”. No eres un adicto sexual, sino alguien que, por muchas situaciones y mecanismos de defensa casi automáticos, ha buscado en el romance, el sexo y las relaciones una válvula de escape para sus problemas. Estos problemas, sin embargo, pueden tratarse con la medicina adecuada.

No se solucionan “anestesiándolos” con el sexo. Vale la pena ir a profundidad. Si bien continuar viviendo como hasta ahora lo has hecho es más cómodo y te gratifica inmediatamente, esa no es la respuesta a lo que buscas. ¿Por qué? Usaré un verbo fuerte: te esclavizas. Todo tú amarrado por una compulsión que te roba las ganas, los sueños, tus proyectos… ¡un esclavo! Si ya estás viviendo una adicción sexual, quiero ayudarte a salir de ella. ¡Porque sí hay salida!

En este primer acercamiento empecemos con algunas preguntas. Por favor, trata de responderlas sinceramente:

¿Sientes necesidad de buscar constantemente nuevos romances o relaciones?
¿Escoges con frecuenta parejas que son abusivas o emocionalmente ausentes o personas con problemas afectivos o psicológicos?
¿Usas el sexo, la seducción y la intriga para “asegurar” a tu pareja (o sea, para que quede comprometida y atada a ti)?
Después de conseguir lo que buscabas sexualmente (tener una relación, masturbarte, ver pornografía), ¿te sientes a menudo insatisfecho, infeliz, desesperado o solitario?
Después de haberte arrepentido o avergonzado de un acto sexual y de haber prometido no volver a hacerlo, ¿has vuelto a realizarlo al poco tiempo?
¿Confundes el amor con la experiencia sexual?
¿Buscas a veces el sexo como medio para escapar de tus problemas, angustias, soledad, tristeza, abandono?
¿Realizas actos sexuales cuando te sientes deprimido, con rabia por alguna contradicción, avergonzado por algún fracaso, etc.?¿Mantienes tus actividades sexuales en total secreto, como una vida doble?
¿Has corrido algún riesgo en tus actividades sexuales (de contraer enfermedades, de perder un trabajo o la fama, de destruir tu familia, de escandalizar a tu prójimo, etc.) y a pesar de conocer los riesgos lo has realizado igualmente?
¿Has sentido en los últimos tiempos necesidad de ir aumentando las actividades sexuales (más veces, o más intensas, o más riesgosas) simplemente para mantener el mismo nivel de excitación y placer que sentías al comienzo?
¿En tu vida sexual, se mezcla el miedo con el deseo de la sexualidad?
En tus actividades sexuales, ¿has violado tus convicciones personales?

Tal vez alguna o algunas de las preguntas te hayan movido algo por dentro. ¿Has sentido que pierdes el control? Puede ser que estés haciendo cosas que te desagradan pero “el cuerpo te lo pide”… Algo se revela en ti. Crees tener el control, y cada vez que intentas detenerte, ya estás otra vez metido en la adicción. Piensas “yo no necesito ayuda”…

Si necesitas ayuda, por mas que lo tuyo no sea una adicción te recomendamos que visites la siguiente página en donde podrás encontrar ayuda:

http://www.teologoresponde.com.ar/Adiccion_Sexual/Inicio.htm

Fuente/Autor: COURAGE

Comments are closed.